Historia de una ilusión.
Nos remontamos a 1956, una España aún en blanco y negro. Pongámonos un poco en contexto: Una ola de frío siberiano sin precedentes azotaba la península, TVE iniciaba su emisión desde los estudios del Paseo de La Habana en Madrid, llegando por fin a los primeros hogares españoles y el Rey del Rock & Roll Elvis Presley lanzaba su primer disco al mercado y comenzaba a crearse el legado del que a día de hoy sigue siendo y será toda una leyenda.
Eran tiempos difíciles para un país sumido en la escasez que luchaba por remontar el vuelo tras haber sufrido los estragos de una guerra civil. Momentos complicados y un pueblo español con ganas, ganas resarcirse por todo el sufrimiento vivido años atrás.
En Mazarrón, un pueblo costero de la región de Murcia, Antonia, una mujer guerrera con afán emprendedor, apuesta por montar su propio negocio, un despacho de quinielas. La idea de repartir ilusión y premios que solucionaran los problemas económicos por los que muchas familias estaban atravesando fue el principal motor que sustentó este proyecto en el que invirtió tanto tiempo, esfuerzo y sacrificio.
Antonia falleció en el año 1966, momento en el que su hermana Leonor se hizo cargo de intentar cumplir el sueño por el que Antonia tanto había luchado. Leonor consiguió ampliar su negocio y dar un paso más para asentar las bases de un sueño que empezaba a cumplirse. No tardaron mucho en llegar los primeros premios (entonces en pesetas) y con ellos los primeros agraciados, que iban a la administración de Leonor a celebrar lo que para muchos fue la solución de grandes problemas y la posibilidad de poder empezar una nueva vida.
La fábrica de los sueños en Murcia.
En el año 1983 Leonor pasó el negocio a su hija Maria Leonor. Entre 1985 y 1995 se fueron incorporando al negocio otros nuevos juego activos como primitiva, bonoloto y gordo de la primitiva, además de la lotería de los jueves y sábados y la del sorteo nacional de navidad. Tras años de duro trabajo consiguió convertir la administración de loterías en una empresa familiar, que más tarde en 2008, pasaría a manos de su nieta Lola y que en la actualidad regenta su bisnieto Javier. Cuatro generaciones repartiendo premios e ilusión y una empresa con esencia familiar que nunca deja de crecer.
En 2014 Javier coge las riendas del negocio, un chico con ilusión, ganas y ambición por llevar la empresa al siguiente nivel. No tardó mucho en sonar la campana, esas mismas navidades se produce el milagro. La administración de loterías El Dólar vende el primer premio del sorteo nacional de navidad, repartiendo 20 millones de euros entre sus clientes y dando a conocer en toda España lo que un día comenzó siendo el sueño de su querida bisabuela.
“Nuestro premio de ver como se cumplen vuestros sueños”
En la actualidad, Javier ha ampliado la plantilla de trabajadores, reparte boletos de lotería en más de 70 puntos de venta en toda la Región de Murcia y ha conseguido colocar a la administración de loterías El Dólar como referente, no solo a nivel provincial, también a nivel nacional gracias a la digitalización del negocio ofreciendo la posibilidad de comprar loterías online https://www.loteriaseldolar.es/. Pero lo más importante de todo, sigue conservando a sus clientes de siempre a los que ya considera parte de esta gran familia.